Y fue Navidad

Y fue Navidad

Y en la eternidad Dios le preguntó a Jesús mirándolo seriamente, – ¿Estás seguro que quieres ir al mundo a rescatar a la humanidad? Jesús, casi midiendo sus palabras, respondió sin dudar: «¡Claro que sí! ¡Quiero ir! ¡Envíame a mí!»  Después de todo, ¿no soy Dios también?  ¡Soy Todopoderoso y Todo lo puedo hacer! Dios se sienta en su trono e invita a Jesús a sentarse también en el trono;  «Este es el plan», le dijo Dios. Lo planeé desde antes que el mundo fuese, desde antes de la caída, cuando Adán y Eva comieron el fruto prohibido.

Primero te tendrás que despojar de toda tu divinidad, de toda tu gloria y de toda tu majestad, te tienes que deshacer de todo tu Imperio durante el tiempo que estés en la tierra. ¿Quieres hacer eso? pregunta Dios. Jesús medita un poco y responde: «¡Yo creo que sí puedo hacer eso!» «Bien,» dice Dios, ahora, hay otra cosa que debes considerar, – «¿Qué es?» pregunta Jesús. «Serás un mortal más entre los mortales y estarás sometido a las leyes de la naturaleza humana, como tener hambre, frío, sueño, dolor, etc., etc. Tu irrupción en la tierra será cuestionada, no serás común y nacerás en un establo.

«Serán los animales los que primero te verán nacer, pues nacerás en un establo, y tus padres terrenales serán de condición bastante humilde. No tenemos que darle a nuestro enemigo la más mínima sospecha del plan secreto,» reflexiona Dios. Apenas hayas nacido tu vida será amenazada. «¿Todavía quieres hacerlo?» pregunta Dios, mirando fijamente a Jesús. «¡Sí!» responde Jesús de inmediato, «no creo que eso sea un gran problema.» «Ok,» dice Dios, entonces sigamos.

Tu ministerio comenzará a los 33 años, pocos te creerán, es más, los líderes religiosos pensarán que eres un loco y otros hasta pensarán que eres hijo del Diablo. No te será nada fácil allá abajo. Vas a hacer muchos milagros, pero aun así no creerán y te perseguirán porque no respetarás su falsa religiosidad. Buscarán matarte porque creerán que vienes del Diablo. No te van reconocer como alguien especial, tu ego humano no va a ser satisfecho, serás despreciado, serás un varón de dolores, tendrás experiencia en el quebranto. Serás abatido y no debes responder, te van a abofetear y escupir, se burlarán de ti y te escarnecerán, serás llevado como un cordero al matadero. Si usas tu poder divino para defenderte, no lograremos salvarlos. Aquellos mismos a quienes vas a salvar te van a crucificar. Solo algunos pocos creerán en ti, aquellos que yo te señalaré.

No harás nada sin antes consultarme primero. Yo tengo la estrategia y los procedimientos; tú sólo me tendrás que obedecer. Cualquier movimiento en falso arruina todo el plan, un solo error echará todo a perder. «¿Irás aún?» Jesús, bajando la cabeza y meditando un poco el costo de salvar a un mundo perdido y lleno de compasión, dice: «¡Sí! ¡Todavía quiero ir,» dijo.

«Bien,» prosiguió Dios, «Morirás con una muerte cruel. Tus amigos te abandonarán, algunos te negarán y otro te entregará a las autoridades, experimentarás el desprecio y la soledad. Serás sentenciado a muerte y te llevarán a la cruz. Morirás solo y abandonado. Morirás con la muerte más cruenta que el ser humano puede experimentar. Serás hecho maldición. Derramarás la última gota de sangre que haya en tu cuerpo y toda el agua también. Será muy doloroso, casi insoportable, Yo estaré siempre contigo y te voy a fortalecer. Nunca estarás solo, Yo siempre estaré contigo. Pero tus amigos más cercanos dudarán, y uno de ellos te va a entregar a tus enemigos y el otro va a negar y maldecir que no te conoce.

«Pero, ¿por qué tiene que ser tan duro así?» pregunta Jesús perplejo. «¿No hay otro camino más fácil?» «No,» «ese es el plan,» responde Dios con seguridad. «No dejarás de ser Dios. Serás todo Dios y todo hombre a la vez. No debes cometer un solo error para lograr la victoria. Si te cansas como hombre y haces uso de tu Deidad para demostrarles que eres Dios, arruinas el plan.»

Jesús, como queriendo llorar, lleno de amor y dolor a la misma vez, mira a su padre y mientras una lágrima rodaba por sus santas mejillas, dijo: «YO VOY. Iré a ellos, Iré a morir, estoy dispuesto al sacrificio, me sacrificaré, pagaré el costo, el que sea necesario, lo haré. Lo haré por amor. Tú los amas a ellos, tú los creaste, y yo te amo a ti, Padre. Lo haré por ti.»

Y FUE NAVIDAD. ¡Aleluya!!!

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